por Mónica Mazariegos
Recientemente se lanzó una campaña en México a favor de la leche materna por parte del Gobierno del Distrito Federal de México, la cual informa sobre los beneficios de amamantar durante los primeros seis meses de vida y motiva a las madres para iniciar o continuar la práctica. La campaña ha causado polémica, por el el uso de actrices ya que se ha mencionado que las actrices no representan a las mujeres mexicanas comunes y estas podrían no sentirse identificadas. El hecho es que muchas mexicanas (y latinoamericanas) desconocen los beneficios de la lactancia materna; pero también hay otros problemas que limitan la práctica de la lactancia materna como no hay licencia para maternidad, ni oportunidad o lugares en el trabajo para dar lactancia, alto mercadeo de las fórmulas infantiles, entre otras.
En América Latina existe un amplio espacio para mejorar el momento del inicio de la lactancia materna. De hecho, en México sólo el 22% de madres practican la lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses de la vida del recién nacido. En República Dominicana solo el 7%. La tasa global de lactancia materna exclusiva es el 38%. Perú tiene la tasa más alta de la región con 68.3%, gracias en parte a una campaña del OMS/UNICEF que incrementó la tasa de menos del 20% en 1992.
Se requiere de acciones urgentes para asegurar que todos los lactantes sean colocados al seno durante la primera hora después de nacer y que reciban lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para que gocen de los beneficios a corto y largo plazo de la lactancia materna. En el año 2012, según un artículo publicado en la revista The Lancet, el número de muertes atribuidas a prácticas inadecuadas de la lactancia materna fue de 804,000 lo que equivale al 11.6% de todas las muertes infantiles.
Latinoamérica tiene la mejor tasa de niños que inician la lactancia materna dentro de la primera hora de vida. Al comparar la tasa con otros continentes, América Latina tiene 58% comparado con el 50% en África, el 50% en Asia y el 36% en Europa del Este. Pero solo en cinco de los veintiuno países latinoamericanos de los que se disponen datos esto se aplica a la mitad o más de los lactantes. Además, ninguno de los países alcanza a cubrir los dos años que se recomienda prolongar la lactancia materna.
En la región hace falta datos acerca de la leche materna, por lo que actualmente el Centro de Investigación para la Prevención de Enfermedades Crónicas del INCAP (CIIPEC) está llevando a cabo el estudio “Composición corporal de madres e infantes guatemaltecos y su asociación con la ingesta de leche materna”.
Un estudio multicéntrico en Latinoamérica
Este es parte de un estudio multicéntrico que se está realizando en otros ocho países de América Latina: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Cuba, Ecuador, República Dominicana y Uruguay, por lo que al finalizar se tendrán datos representativos de América Latina sobre volumen ingerido de leche materna y composición corporal en lactantes.
El objetivo principal de este estudio es evaluar la lactancia materna a los 3 meses y la composición de la madre y el infante (masa magra y grasa), a los 3 y 11 meses post parto en mujeres y niños guatemaltecos que viven en áreas peri-urbanas a la ciudad capital. Se incluyeron infantes de todo el espectro de la lactancia materna desde quienes son amamantados en forma exclusiva hasta quienes son amamantados parcialmente.
El proyecto es financiado por la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA). En este estudio se está evaluando la composición corporal de madres y lactantes y el volumen de leche materna ingerido por medio de la técnica “dose-to-mother deuterium-oxide turnover technique”.
Evaluar estas asociaciones utilizado técnicas precisas puede contribuir significativamente a clarificar el rol potencial de la lactancia materna como un factor protector sobre la obesidad en la niñez. Esta evidencia se añadiría a los beneficios conocidos de la lactancia materna en términos de supervivencia corta y desarrollo cognitivo y sugeriría un rol crítico de la lactancia materna para asegurar salud a corto y largo plazo en países que padecen la doble carga de la malnutrición y la identificación de estrategias preventivas efectivas para la obesidad.
Mónica Mazariegos es nutricionista con un posgrado en salud pública de la Universidad Rafael Landívar en Guatemala. Ahora se encuentra en la Universidad de Michigan haciendo una pasantía en investigación en el Departamento de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública. Más información aca. Síguenla en Twitter.
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